Hoy en día, la compra de un terreno es una de las inversiones inmobiliarias más comunes. Económicamente es muy atractiva, pero hay que saber que trae consigo ciertas ventajas y varios desafíos frente a comprar una casa ya construida.

Antes de comprar un terreno, hay que conocer y tener en cuenta detalles, no solo del diseño de la casa soñada, también habrá que aprender sobre medioambiente, normativas y restricciones.

La primera, y más valorada, es la libertad y flexibilidad que ofrece. Siempre que se cumpla con las regulaciones de la zona y se respete la construcción, se puede edificar una casa a medida. Y, para muchas familias, empezar desde cero este proyecto vital les llena de orgullo.

La casa será totalmente personalizada. Se podrá decidir los materiales, colores, diseño e, incluso, la ubicación. De esta forma, se podrá construir la vivienda donde más convenga y en una zona que resulte atractiva para todos.

Además, generalmente, comprar un terreno suele ser más barato que adquirir una vivienda ya construida. Así, el primer paso es más accesible y sencillo. Aunque, hay que valorar bien todos los gastos que conllevan cada una de las dos opciones.

Lo mejor de comprar un terreno es que, en gran parte, se pueden controlar esos gastos. Al ser una casa diseñada desde cero se puede construir una casa más eficiente, desde el punto de vista energético, y apostar por materiales de calidad que supondrán menos gastos en reparaciones a corto plazo.

Adquirir un terreno es una gran inversión y, como cualquiera de ellas, hay que valorarla bien. Más allá del sueño de vivir en una casa única, hay ciertos aspectos que tener en cuenta en la planificación.

Por ejemplo, hay que verificar la normativa y legislación vigente en la zona y comprobar si, por ejemplo, el terreno tiene acceso a los servicios públicos esenciales como el agua, alcantarillado, la luz o el gas. Además, hay que ser conscientes de que construir una vivienda lleva tiempo, muchas decisiones y un gran esfuerzo.

En ocasiones, acceder al financiamiento para un terreno sin desarrollar es más complejo. A su vez, no hay que olvidar que su compra lleva un riesgo de inversión asociado porque, al fin y al cabo, el valor de ese terreno puede ir cambiando en función de diversos factores externos.

Aunque el precio inicial de la compra de un terreno suele resultar muy atractivo, hay que sacar la calculadora y saber con precisión cuanto va a costar construir la casa. Después de ese primer momento, hay más gastos asociados como la limpieza del terreno, la preparación del suelo para la construcción, nivelar el suelo, la compra de material y la mano de obra, etc.

Lo mejor será, siempre, dejarse aconsejar por expertos en cada material que controlen sobre las restricciones medioambientales, sobre cómo mejorar el suelo y demás factores y que ayuden a no tener muchos imprevistos. Todos estos profesionales irán aumentando tu presupuesto inicial.

En definitiva, comprar un terreno es una inversión inmobiliaria de futuro (y con futuro). Si estás buscando la mejor parcela donde levantar la casa de tus sueños, consulta el amplio catálogo de terrenos en venta de Servihabitat. ¡Estás a un paso de conseguir el hogar que siempre has querido, ahora con descuentos de hasta el 40%!