Si estás buscando lanzar tu propio negocio debes dar con el local ideal que te permita hacer crecer y desarrollar tu idea. Para muchos, la mejor opción es alquilar porque significa un desembolso inicial menor. Para otros, la compra es más rentable. 

Llevas meses, o quizás años, diseñando en tu cabeza tu futuro negocio. Es la empresa de tus sueños y uno de los primeros pasos que vas a tener que hacer es buscar el local perfecto para acogerla. En este punto, llega la primera duda. A la hora de plantearse si comprar o alquilar un local no sólo hay que tener en cuenta el efecto fiscal. Tampoco es una decisión que dependa solamente del inmueble en sí. 

El sector inmobiliario se reinventa y con él las opciones de dar rienda suelta a la imaginación del emprendedor. Tomar esta decisión inicial es crucial y, entre otros factores, van a intervenir la situación del mercado actual, la tipología de negocio, incluso la ubicación del inmueble. Es importante también ser consciente de los gastos fijos que, indistintamente de ambas operaciones, pueden llegar a ser muy altos. Aquí hay que calcular la luz, la limpieza, el agua o los gastos de comunidad.
 
Otro factor que vale la pena analizar previamente es la rentabilidad futura de esta inversión. ¿Es posible que el local, oficina o nave se revalorice en unos años? Aunque es difícil de saber porque en el sector inmobiliario -como en todos- se viven diferentes ciclos, puede ayudar a tomar la decisión saber si la inversión es segura o no. 

Generalmente, en cuanto se habla de local comercial, se opta por el alquiler porque no supone un desembolso inicial tan elevado como la compra. Es más, si el sueño no sale tal y como se esperaba, siempre se puede abandonar el proyecto sin mayores problemas. 
 
Por otro lado, alquilar el local comercial también hace más sencillo aquello de escoger la ubicación perfecta y, si no, resulta más fácil ir cambiando la ubicación del negocio al no estar atados a contratos más largos. Finalmente, alquilar permite ahorrar en gastos de mantenimiento y, por otro lado, es un gasto que el autónomo puede deducirse de forma íntegra y directa. 
 
Si la capacidad financiera lo permite y el patrimonio empresarial también, la compra puede ser también una buena oportunidad para ciertos perfiles emprendedores. Entre las ventajas de comprar un local comercial destacan varias: aumenta los activos del negocio, representa una inversión y no un gasto y permite demostrar solvencia y si se reforma, aumentar el valor del inmueble. 
 
Además, con la compra se pueden buscar diversas formas de rentabilidad futura como, por ejemplo, el alquiler de ese local. En el caso de no querer usar más el activo para la propia empresa, siempre se puede alquilar y seguir ingresando dinero. 

El sector terciario pasa por un buen momento y lo demuestran las operaciones de venta o alquiler que expertos como Servihabitat cerraron el año pasado, aumentando el volumen del negocio en un 5% anual. 
 
Como ves, comprar o alquilar está en tus manos y desde Servihabitat te vamos a aconsejar en todo lo posible gracias a nuestro expertise. Consulta nuestro catálogo para estar al día de todas las novedades y recomendaciones para dar rienda suelta a tu emprendimiento en el local ideal.